Cocinar para progresar

Regionales - Luis Beltrán 21 de junio de 2022
La crisis del 2001 los obligo a poner manos en la masa, y veinte años después sigue siendo su fuente de ingresos, gracias a la responsabilidad y los productos que elaboran.
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Elvira inició para poder generar ingresos, movilizada por la crisis económica que atravesaba el país, y desde sus inicios, han podido sortear los distintos vaivenes de la economía Argentina, a tal punto que poco después se sumo su hija, quien hoy tiene como único ingreso, la elaboración de alimentos.

 

La feria del DPA, fue el lugar donde se iniciaron las ventas, pero luego se trasladaron a la feria que funciona en la plaza del centro, allí se instalaron definitivamente, dada la aceptación de la feria. Prontamente las dos mujeres se convirtieron en la visita obligada de muchos de los compradores que van a la feria.  Incluso la gente las ve llegar y comienza a hacer la fila en el lugar donde se instalan generalmente.

 

Pero no todo se limita al tiempo que están vendiendo en la feria,  para llegar allí un día sábado, se comienzan los preparativos dos días antes, y es toda la familia la que se aboca a las tareas de la cocina.  Amasar, cocinar, freír, hornear, son cosas que si bien, cada una esta asignada a cada integrante, no dejan de hacerlo como una familia, que amasa, fríe, hornea y cocina dignidad, durante varios días a la semana para llegar dos veces a la feria, y en otras oportunidad para vender desde su casa.  “Con mi mamá, amasamos, preparamos todo, y mi papá y  mi hermano ayudan un montón, con todo lo que se tiene que freír, o para hacer los rellenos” señala Vanina.

 

“Con mamá dividimos las cosas, y en el caso de ella, si tiene que hacer gran cantidad para ir a la feria el sábado, inicia el jueves a hacer la masa. Por que es todo casero, el hojaldre, todo. El viernes se comienza a armar y freír, algunas cosas, y el sábado a la cinco de la mañana se sigue con los trabajos, se sigue con el amasado de otros productos, y se pone el almibar a los pasteles.  Yo por mi parte comienzo el viernes a la mañana, para armar tapas de alfajores, y estoy toda la noche cocinando, haciendo las facturas, las donas y llegar a la mañana con todo preparado para cocinar” relata Vanina, que algunas veces se acerca a la vivienda de su madre para poder cocinar.

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Cuando llegan a la feria y comienzan a descargar sus numerosos recipientes con sus productos, la gente comienza a acercarse al lugar donde saben que arman su puesto de venta, para allí armar una fila.    Son más de 15 los recipientes con productos que ponen en su puesto para iniciar las ventas. Durante la primera hora, pasa por el stand un gran número de personas, que hace cola para adquirir productos, luego de una hora y media de estar vendiendo y ya con un gran número de recipientes vacíos, Vanina emprende un nuevo viaje a buscar más productos y llega para seguir por una hora más vendiendo. Cuando el sol comienza a desaparecer y el frío empieza a calar hondo en la peatonal de la plaza 9 de Julio, los últimos clientes llegan buscando los pocos productos que para esa hora quedan.  Llega la hora de levantar, la mesa, y retirar todos los recipientes vacíos, no sin antes hacer entrega de los productos que fueron guardando para los feriantes, que se acercan ni bien los ven llegar. Elvira, junto a su esposo y Vanina, terminan la jornada de trabajo, igual que como la iniciaron, con una sonrisa que surca sus caras.  Porque el trabajo en familia forja lazos que no todos tienen la suerte de disfrutar.

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Una familia que encuentra en la feria un ingreso, en el trabajo dignidad y en la cocina el futuro, porque aquello que empezó Elvira, como una opción más para atravesar la crisis, hoy es el principal ingreso para una de sus hijas que con su misma pasión lleva adelante la cocina, buscando mejorar a cada día, para no defraudar a sus clientes.

 

Una familia abocada a cocinar por el progreso, un ejemplo de que se puede salir adelante con trabajo.

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