
Un hombre que convive en pareja desde hace más de siete años logró consolidar un fuerte lazo con el hijo de la mujer. El afecto con el adolescente es recíproco. Desde que era un niño, el hombre se ocupó de su alimentación, de su cuidado personal, de llevarlo a la escuela y a sus distintas actividades. El vínculo se inició en la primera infancia. Ahora, la familia se ampliará.